El presidente Barack Obama señaló hoy que las medidas financieras contra la crisis impulsadas por su Gobierno empiezan a dar resultados, después de que se conociera que la economía de Estados Unidos se contrajo un 1 por ciento en el segundo trimestre.
La economía sigue siendo un quebradero de cabeza para el presidente Obama, que si bien lleva cuatro trimestres consecutivos en caída, ha visto un rayo de esperanza en la menor contracción registrada entre enero y junio de este año.
El presidente afirmó hoy en su discurso radiofónico semanal que sus medidas de recuperación económica están dando resultados, aunque insistió en que todavía se necesitan más inversiones de largo plazo para afianzar los avances.
El Departamento de Comercio informó el viernes que el Producto Interior Bruto (PIB) bajó el 1 por ciento en el segundo trimestre del año, por debajo del 1,5 por ciento que calculaban los expertos.
Según Obama, estas nuevas cifras revelan que en los últimos meses la economía ha tenido un mejor desempeño de que lo que se esperaba en parte por la Ley para la Recuperación centrada en aumentar los gastos en infraestructura, la creación de empleo y recortes tributarios, con un valor de 787.000 millones de dólares.
“Esta y otras medidas importantes, pero difíciles que hemos tomado en los últimos seis meses han ayudado a frenar esta recesión”, manifestó.
El Departamento también revisó el PIB del trimestre anterior, que habían situado inicialmente en el 5,5 por ciento, y finalmente registró una contracción del 6,4 por ciento, la mayor desde 1982.
Lo que demuestra, según Obama, que la recesión que padece el país “era incluso peor de lo que se pensaba”.
Pero Obama apuntó que los últimos informes, entre ellos los del mercado inmobiliario y el sector empresarial, muestran signos de que finalmente el país avanza en la dirección correcta en lo que se refiere a la economía.
Las inversiones empresariales, que habían caído en los últimos meses, están mostrando indicios de estabilización. Esto significa que eventualmente las empresas comenzarán otra vez a crecer y a contratar empleados. Será en ese momento en que sintamos algo como una recuperación”, dijo.
No obstante, el presidente estadounidense admitió que el aumento del desempleo y la continua pérdida de puestos de trabajo siguen siendo un obstáculo para la normalización económica.
Según las cifras oficiales, la tasa de desempleo que ha aumentado progresivamente en los últimos meses de recesión llegó al 9,5 por ciento en junio, el nivel más alto de los últimos 26 años.
“En lo que a mí se refiere, nunca tendremos una recuperación mientras sigamos perdiendo empleos”, pero agregó que “la historia nos muestra que es necesario tener crecimiento económico antes de generar empleo”.
El presiente advirtió de que la esperada recuperación no se producirá de un día para otro y aseguró que será necesario más inversiones y mejor capacitación de la fuerza laboral para adecuarse al desarrollo de las tecnologías que “serán las que generen empleos en el futuro”.
Si Obama ve el vaso medio lleno, la oposición republicana lo ve medio vacío.
El partido republicano ha alegado que el plan de estímulo impulsado por el presidente ha “fracasado” en medio de una economía que todavía sigue estancada y le atacaron por su flanco más débil: la reforma sanitaria.
Con tregua económica o no, el Congreso tiene sobre la mesa un proyecto de reforma sanitaria con unos costes estimados de 1.000 millones de dólares, una cifra difícil de digerir en plena crisis, cuyo proceso se está ralentizando en ambas cámaras por la falta de consenso, mientras la iniciativa pierde apoyo en las encuestas.
El senador John Thune recriminó en el discurso semanal de los republicanos que los demócratas “han aumentado el gasto y la deuda a un ritmo sin precedentes”.
En este sentido, dijo que la reforma sanitaria planteada por Obama lejos de mejorar el sistema sanitario -45 millones de personas en Estados Unidos carecen de seguro médico- “aumentará aún más el déficit”.
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