Washington, 23 jun (EFE).- Los especuladores controlan el 70 por ciento del petróleo que se intercambia en la bolsa de Nueva York, reveló hoy una investigación del Congreso de EE.UU., que sopesa medidas para atarles las manos.
La presencia de los especuladores ha dado un vuelco al negocio de la compra-venta de crudo, pues en 2000 sólo controlaban un 37 por ciento del mercado, según datos que la Comisión Mercantil de Futuros de Materias Primas dio al Comité de Energía y Comercio de la Cámara Baja.
Los futuros nacieron como un mecanismo para que refinerías, aerolíneas y otros grandes compradores de petróleo pudieran firmar contratos a un precio fijo por cierto tiempo y evitar así la volatilidad a corto plazo.
Sin embargo, el mercado está ahora dominado por especuladores como fondos de pensiones y bancos de inversión que no llegan nunca a tomar posesión del crudo.
Ellos ven el hidrocarburo como una inversión tan atractiva como las acciones de una empresa y muy resistente frente al efecto corrosivo de la inflación.
Su deseo de equilibrar las carteras con esas apuestas ha contribuido, según muchos expertos, a la subida del precio del petróleo, que se ha convertido en un tema principal en la campaña presidencial en Estados Unidos y de los legisladores.
"Es hora de que el Gobierno intervenga", dijo hoy en una audiencia el demócrata John Dingell, presidente del Comité de Energía y Comercio.
"Tenemos que considerar toda una gama de opciones para contrarrestar esta especulación voraz", añadió.
El Comité estudia un proyecto de ley que obligaría a los inversores a ofrecer más información sobre sus posiciones y usar más dinero en efectivo para comprar, en lugar de pedirlo prestado.
También impediría que los fondos de pensiones y bancos de inversión posean materias primas.
Medidas de este calibre harían caer el precio del barril en "entre 30 y 60 días" hasta los 65 dólares, según predijo en la audiencia Fadel Gheit, director gerente del banco de inversión Oppenheimer.
Edward Krapels, director de la consultora Energy Security Analysis, coincidió: "Habría una estampida para liquidar las posiciones".
Gheit calculó que entre 10 y 15 dólares del valor actual del barril de crudo se deben a la depreciación del dólar, porque el petróleo se cotiza únicamente en la divisa estadounidense y al caer ésta el crudo debe subir para mantener su valor real.
Por encima de los 65 dólares, el resto del precio "sería básicamente especulación", según Gheit.
El petróleo de Texas, de referencia en Estados Unidos, cerró hoy a cerca de 137 dólares por barril, frente a los 70 dólares por los que rondaba hace un año.
La audiencia de hoy se enmarca en el conflicto entre los republicanos y los demócratas sobre cómo responder a la ansiedad de los estadounidenses al ver el valor de la gasolina bien por encima de los cuatro dólares por galón (3,8 litros).
Dana Perino, la portavoz presidencial, dijo hoy en una rueda de prensa que la especulación puede jugar un papel en la volatilidad "del día a día", pero el problema "fundamental" es la necesidad de tener más suministro.
En ese sentido, dijo que el Gobierno de Estados Unidos está satisfecho por el anuncio de Arabia Saudí de que aumentará el bombeo.
La semana pasada el presidente George W. Bush pidió al Congreso que retire la prohibición de construir instalaciones petroleras en la plataforma continental de su país en alta mar, algo que también apoya el republicano que aspira a sustituirle, el senador John McCain.
En cambio, a los demócratas se les llena la boca hablando de energías alternativas y al mismo tiempo han hecho de los especuladores una diana favorita.
El domingo, el senador Barack Obama, su candidato a la presidencia, pidió más vigilancia de los mercados de petróleo.
En particular, propuso que los corredores de bolsa que compran y venden petróleo en los mercados electrónicos se sometan a la supervisión de la Comisión de Mercado de Valores de Futuros en Materias Primas (CFTC, por su sigla en inglés).
Actualmente están fuera de su ojo vigilante gracias a una exención promovida por el gigante energético Enron antes de su colapso.